...Cuando un demonio también se enamora...

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lunes, 24 de enero de 2011

Amenasas y Zadquiel.

- Entonces... tú y Ammy. Wow. - la cara de Jannet era una mezcla entre confusión, sorpresa y... alegría, creo.
- Si... Ya sabes lo timida que es....
- Y además tu has estado todo el tiempo simulando que no sientes nada por ella.
- Pensaba que ella no sentía lo mismo por mi. - Mierda. Esto, es cierto. Ella NO siente lo mismo por mi. En realidad esto de simular ya no me esta resultando tan "buena idea", es decir, claro, podría estar mas cerca de ella pero... saber que todo eso no sería cierto... daña.
- Bueno, pero la cosa es que ahora están juntos. Eso es lo que importa...
- Claaaaro...
Seguimos escribiendo lo que nos correspondía de la clase. Cuando tocaran el timbre tenía que ir a buscar a Ammy.
Prueba uno, Jannet, superada.
Salí rápidamente una vez que tocaron el timbre y me apoyé casualmente en la pared cercana al aula en la cual estaba Ammy. Cuando salió, con las mejillas sonrosadas y dos chicas mas a su lado supe que ella también había estado "contando de nuestro maravilloso nofiasco".
Bien. Que empiece la tortura china.
- Hola, cariño, ¿me extrañaste? - le pregunté a Ammy mientras le daba un beso en la frente  la tomaba de la mano.
Y Ammy... no reaccionó. Por lo menos no al principio.
Simplemente se quedó allí, como en blanco, por unos cuantos segundos. Y después no había manera de disimular el color rojo de su cara.
- Ah, yo... uh. Si. - balbuceó mientras escondía la cabeza en mi pecho. Las chicas que iban con ella y que estaban a unos pasos se rieron tontamente.
- Ammy es muy timida. - me dijo una de ellas.
- Si, me he dado cuenta. - les respondí aparentemente tranquilo. - Quizá le de vergüenza que la vean conmigo. - pusé cara de perrito callejero. - ¿ustedes que piensan chicas?
- Oh, no...
- A nadie podría darle vergüenza estar contigo.
- Y Ammy está loca por ti.
- Si, siempre está esperando con ansias la clase de fotografía desde que eres su tutor.
Interesante dato.
- Ya, chicas. - Ammy estaba mas roja aun, si es que eso era posible. - Damian ya sabe todo eso, ¿cierto amor? - me dijo un fingido tono meloso mientras me apretaba fuertemente la mano.
- Si, lo sé. Está tan enamorada de mi como yo de ella.
En tus sueños, Pierotti, en tus sueños...
- Aww. Hacen una pareja tan linda. - nos dijo una de las chicas. - Debería provar eso de estudiar más... Haber si conosco a un chico mas grande que sea así.
- Dudo mucho que puedas encontrar a alguien como Damian, Cyntia. Él es único. Y es mío.
Respira, hombre, respira. Vamos. inhalar, exalar. Es simple. 
No te subas a las nuves por eso que bien sabes que los "de arriba" no te quieren por allí.
- Gracias. - le dije sincero e intentando disimular que eso me había emocionado.
- Sabes que es cierto. - me sonrió Ammy.
Después de eso nos despedimos de las chicas y nos fuimos al patio. De la mano.
La fase dos acababa de entrar en acción.
Por favor, que no te sude la mano por los nervios como a los niños pequeños...
- ¿Hablaste con Jannet? - me preguntó Ammy después de un rato.
- Si.
- ¿Y como se lo tomó?
- Bastante bien, para serte sincero. Me felicitó. - le respondí mientras notaba que mas de una cabeza se daba vuelta a mirarnos estupefactos.
- Uh... Ya.
- ¿Qué? - le pregunté curioso.
- Es que... Después de que hubo un tiempo en el que parecían lapas tú y ella... No sé, es extraño que se lo haya tomado tan bien.
- A Jannet nunca le interesé, Ammy. Era solo por ser la novedad aquí.
- No puedo creerlo, así que era cierto, Ammy. - una voz se hizo mas fuerte entre un grupo que estaba cerca de donde estabamos nosotros.
Y el que había hablado era Patrick.
Sinceramente, no sabía si molerlo a golpes o abrazar al chico. Gracias a él yo podía ir en estos momentos perfectamente feliz de la mano con Ammy.
Piensa, Damian...
Nah, los golpes. Definitivamente.
Pero todavía no.
- Por supuesto que era cierto, Patrick, ¿qué esperabas?
- De ti, cualquier estupides, Ammy.
- ¿Algún problema con mi novia...? - dejé la pregunta inconclusa y me di la vuelta para mirar tiernamente a Ammy. - ¿Cómo dijiste que se llamaba esta basura, amor?
- Patrick.
- Ah... Entonces, Patrick. ¿Algún problema con MI novia? Puedes hablarlo conmigo.
Todos los que estaban cerca se habían parado a ver que pasaba con nosotros tres.
Genial, me veía envuelto en un escandalo amoroso de secundaria.
Yupi.
Mi gozo en un pozo.
- Nada de tu incumbencia, Periotti. - me respondió Patrick molesto.
Solté suavemente la mano de Ammy y me acerqué a la basura humana esa hasta quedar solo a unos pocos centimetros.
- Veras, pequeño bastardo, cualquier cosa en la que te relaciones con Ammy es mi problema, no sé si te queda claro, espero que la mente te dé lo suficiente como para que puedas entenderlo. No me importa de quién mierda seas hijo, sobrino o cualquier lazo de sangre que tengas con "alguien importante" porque te aseguro que no están por ensima de mi familia. - me detube un momento para sonreirle fríamente. El chico estaba que se meaba. - Así que te aconsejo que te mantengas lo mas alejado posible de Ammy... por tu bien. Además, en una pelea, ¿crees sinceramente que podrías conmigo? - le terminé preguntando mientras lo miraba despectivamente. - ¿Te quedó claro?
- S-si.
- Así me gusta. Así que si vuelves a tratar de mentirosa a Ammy. No, mejor dicho si osas si quiera pensar en Ammy dile adiós a tus dientes y tu rostro de falso niño rico. ¿Ok?
Un silencio sepulcral se había hecho en todos los que estaban mirando anonadados la amenaza que le había hecho a Patrick.
Ignoré a todos los presentes y caminé lentamente hasta donde estaba Ammy, que también me estaba mirando estupefacta.
- ¿Nos vamos, pequeña? - le pregunté tranquilamente. - Tengo hambre.
- Claro. - me sonrió dulcemente. Sin embargo, después de avansar dos pasos entre la multitud que se había acercado a nosotros, Ammy se dio la vuelta y miró a Patrick despectivamente. - Te dije que mi novio es celoso, Patrick. Así que si yo fuera tú le haría caso.
Wow.
Si soy celoso.
No soy su novio.
Pero te mueres por serlo, Damian.  
Ah... Maldita voz de la conciencia. Ahora no.
Fue cuando al fín estubimos bien lejos de la gente cuando suavemente y a regañadientes le solté la mano a Ammy  y me senté en un banquito bastante alejado que había en el patio.
- Eso estubo... wow. - me dijo Ammy al fin, que se había quedado de pie al frente mío. - No creo que vuelva a dirigirme la palabra otra vez en mi vida... Lo cual es algo bueno. Gracias, Damian.
Quería besarla.
Diablos, tenía tantas ganas de besarla en esos momentos.
Con suerte había podido entender parte de lo que me había dicho. Yo estaba mirandole los labios, sus lindos labios que se entreabrían con cada palabra que decía.
Ah...
- De nada. Fue divertido. - le dije con la voz ronca por las fuertes ganas que tenía de tomarla entre mis brazos y besarla, pero que disimulé cómo un gruñido.
- Oh... ¿De verdad tienes hambre o solo era una escusa? - me preguntó nerviosa.
- Pués... Si, tengo un poco de hambre. - No entendía a que iba todo esto.
- Esperame.
Y sin más, se fue rápidamente a quién sabe dónde.
Bueno, eso me daba un poco de tiempo para calmarme.
No podía cagarla. No justo ahora.
- Damian.
Oh, no.
Un chico de unos 16 años estaba al lado mío. No era muy llamativo, con sus jeans y zapatillas gastados, y la camiseta morada manga corta que le marcaban musculos a pesar de  la edad. Tenía el pelo castaño y liso, y los ojos color pardo.
- ¿Zadquiel? ¿Qué haces acá? - Zadquiel es el único arcangel que podría llamar "amigo", ya que siempre me ha ayudado, aunque núnca he tenido claro el por qué.
Lo que si siempre tengo presente es que, de no ser por él, mis hermanos me hubiesen matado hace años.
- Desde hace meses que me has llamado la atención, Damian. ¿Es cierto?
- ¿Q-qué cosa?
- ¿Estás enamorado? ¿De verdad sientes... puedes sentir algo así?
- Uh... Si, Zadquiel. Puedo.
- Wooow... Es... genial.
- En realidad, no. Ella no siente lo mismo. - le expliqué apenado.
- Tu crees eso. Y te sientes pésimo. Tus ondas negativas son fuertisimas. Pero no puedes estar seguro de lo que siente ella, Damian.
- Bueno, de todos modos, soy un demonio, Zadquiel. No soy+ bueno para ella.
- Mmm... ¿Ya han venido? - me preguntó curioso.
- ¿Quienes?
- El sequito de tu padre. Con esto de que "se enteró" de que estas vivo gracias a ese demonio de cuarta...
- Ah, ¿Le dio el mensaje?
- Si. Se lo dio. Se supone que vendrán a buscarte, Damian. ¿Qué vas a hacer?
Ammy.
Oh, no.
Si ellos venían... Sería para destruir todo. Lo más probable era que mi padre me dejara tranquilo. Eran mis hermanos los que se las arreglarían para hacerme la vida imposible.
Y para hacerme sufrir.
- Yo... Yo estaba... Estoy cansado, Zadquiel. Había decido empezar a acercarme a Ammy...
- Pero ya no lo vas a hacer. - terminó por mi el arcangel. - se ve en tus ojos.
- No puedo ponerla en peligro. La matarán.
- Ella merece saber la verdad, Damian. Poder defenderse.
- ¿Cómo diablos va a poder defenderse de demonios sumamente poderosos, Zadquiel? Y tu sabes que yo no soy tan poderoso. Soy casi como... Como si no fuera demonio del todo. Es frustrante.
Zadquiel se quedó mirandome con los ojos compasivos y me puso la mano en el hombro.
Al instante sentí que los malos recuerdos y mis sentimientos negativos se hacían mucho mas ligeros...
Todo parecía más fácil.
- Debes confiar, Damian, para poder encontrar el camino.
- Ah, no. No empieces con la mierda esa de angel bajado del cielo.
- Arcangel bajado del cielo, Damian. No me denigres.
- Si, claro, ser celestial. Eso de las parábolas y acertijos no van conmigo.
- ¿Damian? ¿Quién es él?
Mierda.
Estaba tan concentrado que ni siquiera me había dado cuenta de que Ammy acababa de llegar, y venía con la mochila cargada de comida.
Y allí estaba ella, mirandome con sus dulces ojos cargados de curiosidad.
- Mi nombre es Zadquiel. -le respondió el arcangel antes de que yo pudiese pensar en algo coherente para decirle. Algo que no fuera la verdad. - Soy... un amigo de la infancia de Damian.
- Ah. Hola, yo soy Ammy. Te llamas igual que el arcangel, ¿no?
Un radiante sonrisa iluminó el rostro de "mi amigo de infancia".
- Si. Así es.
- Bueno... - Ammy se giró para mirarme con una de sus sonrisas para-corazones en sus labios. - Te traje comida, Damian.
- Gracias. - le contesté trangando saliva compulsivamente.
Si Zadquiel había venido a verme era porque de verdad estaba en peligro.
Y no podía permitir que el único ser al que he amado en mi vida pague las concecuencias.
Desenvolví un sandwich que me había pasado y le pasé otro a Zadquiel, que se había sentado en el piso.
- Y... ¿Cómo es que se conocieron tú y Damian? - le preguntó Ammy.
- En una pelea. Nos ayudamos. Y desde ese día que somos amigos.
- Querrás decir que tú me salvaste de una golpisa. - le corregí sin vergüenza por ese hecho. Me hubiesen matado de no haber sido por Zadquiel. - Y un día Zadquiel tuvo problemas, y yo lo ayude... Y el resto es historia.
- ¿Y tú y Damian cómo se conocieron? - le devolvió la pelota Zadquiel a Ammy.
Ammy casi se atrangato con su sandwich y se quedó mirandome antes de tomar un poco de jugo y responder la pregunta.
- El primer día que llegó Damian al colegio. Lo vi antes. - se puso a reir y hizo un gesto con la mano, como de que esperaramos. - Es decir, el día que Damian llegó yo para variar estaba atrasada  intentando sacar mis cosas del casillero y lo vi. Y cómo yo estoy adelantada resulta que esa clase nos tocaba juntos y ahí lo presentaron. Y después mi profesor de fotografía lo hizo mi tutor.
- Ah... Y ahora son novios.
Tanto Ammy como yo nos pusimos rojos.
Y yo le heché una mirada fulminante a Zadquiel.
- Eh...
- Si, algo así. - le respondí yo cortante. - Zadquiel, creo que deberías irte antes de que alguién se de cuenta de que no eres estudiante y entraste acá.
El bastardo arcangel que tengo como amigo se puso a reir a carcajadas mientras se ponía de pie.
- Bueno, bueno. Tienes razón. Un gusto en conocerte Ammy. - se despidió de "mi novia" con gentilesa antes de mirarme severamente. - Sabes lo que tienes que hacer, Damian. Pero debes decirle. Es de vital importancia la decición que tomes.
- No empieces con la charada de las parábolas otra vez. - me quejé.
- Damian, eso no es parábola. - me dijo Ammy con voz sumamente suave.
Fue su turno de que le hechara una mirada fulminante.
- Cómo sea. Depende de ti, Damian. Pero ella se merece saber la verdad. - me respondió, esta vez mirando a Ammy cuando habló.
No, no, no...
Maldito Zadquiel, hijo de perra, mas obvio no podía ser.
- ¿Qué verdad? - preguntó Ammy.
- Nada. - le respondí apresurado.
- Eso no es cierto, Damian. Mereces saber la verdad Ammy, pero solo de parte del burro aquí presente.
- No entiendo nada. ¿Hay algo que deba decirme Damian? - Ammy estaba totalmente confundida.
- Mereces saber qué es. - le dijo enigmático, antes de darse la vuelta e irse.
De esta no me iba a salvar.

2 comentarios:

  1. Ohhh ! nooo D: me qemoooo ! maaygosh $: asdad no esperabaa encontrar caapitulo y derrpente lo vi y fue cmo O: ! aay qe felicidad $: kashd xd uuui me encanta (L)' ellos van a ser novios <3 iknooow'it :Z asdjlk :3 sube luego ! me encanto el caap :B

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  2. vaya!! hoy encontre tu historia y leí todos los capitulos.. realmente es buena, me encanta!! =) espero que la sigas pronto!

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