...Cuando un demonio también se enamora...

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lunes, 24 de mayo de 2010

Sorpresas.

La clase terminó rápido, sin ningún problema.
Me marché inmadiatamente. No quería... bueno, si quería, pero me dolía seguir mirando a Ammy. Esto de primera vez sintiendo amor (que fue un flechazo total y al parecer solo de mi parte) me hacía sentir... extraño.
Antes de poder salir de la sala se me acerco una chica rubia, de esas altas (aunque mas baja que yo, claro), con el cuerpo tonificado, la piel bronceada artificialmente y que siempre están mascando chicle rosa.
La típica a la que todos en el colegio le dicen perra y la clase de chica con la que tiendo a ligar fácilmente.
Y era la misma chica a la que Ammy había mirado frunciendo el seño y luego se había reído por como me miraba.
- Hola, Damian ¿cierto? - me dijo con la voz ligeramente ronca. De esas que generalmente te hacen pensar en noches ardientes y sábanas de seda.
Solo que conmigo no funcionó.
- Ese es mi nombre. - le respondí sin embargo con una sonrisa traviesa. No podía comportarme mal humorado porque Ammy no me había mirado. - ¿Y tú eres...?
- Jannet. Pero por ser tu dime solo Jan. - habló mientras se ponía una mano en la cintura y me guiñaba un ojo. - Es una suerte que hayas llegado aquí cariño.
- ¿Ah si?
- Por supuesto. Creeme que aquí no te vas a aburrír. - agregó mientras me lanzaba una mirada bastaaaaaaante sugerente.
Wow. Esto si que estaba siendo rápido.
En ese momento ambos vimos como Ammy pasaba por el lado de nosotros para salir de la sala ya que estábamos en la puerta.
Iba cargada con sus materiales y prácticamente ni se le veía su lindo rostro.
- Eh, Ammy. - le dijo Jannet para mi sorpresa. ¡¿Ellas dos hablaban?! - Espera un segundo. - se giró y llamó a un chico que había un poco más allá. Cuando esté se acercó le dijo: - Shean, ¿puedes ayudar a Ammy a llevar las cosas?
- No es necesario... - comenzó a decirles Ammy, que no se había dado cuenta de la inmensa sonrisa de Shean cuando Jannet le había hecho la sugerencia.
Eso me puso inmediatamente celoso.
Si. Celoso a un punto de no retorno. Pero tenía que disimular.
¡Mierda!
- No es ningún problema ayudarte, pequeña Ammy. - le dijo Shean mientras tomaba sus cosas y las cargaba como si nada. - Siempre es un gusto ayudarte.
Vi como Jannet negaba ligeramente con la cabeza, divertida por la actitud de su amigo.
Una sonrisa geninua, de esas que si son para ti te paran el corazón pero que si no son te lo parten, asomaba dulcemente en los labios de mi Ammy.
Oh, no...
Quizás ellos son algo...
- Bueno, si no tienes inconvenientes, gracias. - respondió alegremente Ammy. - Tú por lo menos alcanzas el casillero.
Me sorprendió ver una mirada un tanto tierna en la cara de Jannet.
Generalmente las chicas como ella no tienen esos lapsus
- Suerte en tu prueba de matemática, pequeña. - le dijo geninuamente. - No quiero que te atormentes mas por unos números que no valen la pena.
- Gracias. Bueno... - ¡Al fin Ammy me miró! Al reconocerme sin embargo, su sonrisa disminuyo un poco, tornándose un tanto fría, pero volvió a la normalidad cuando se giró para seguir mirando a Jannet. - No los entretengo más. - su voz sonaba divertida.
Jannet se puso a reír sin inmutarse.
- Claro. Nos vemos mañana.
- Como no. - se río Ammy. Se volvió a mí y me miró fijamente. ¡Ay Dios! Si, si. Yo nombrando a Dios. Una Estupidez se podrá pensar pero el único que se me ocurría que hubiese podido crear algo tan lindo como ella. - Adiós chico nuevo.
Su despedida no tenía esa confianza que había tenido con Jan, sin embargo había sido amable. Y dulce. Aunque lo haya sido inconscientemente.
Asentí a forma de despedida y mantuve mi rostro lo mas normal posible.
No sonreí.
No hablé.
Fui descortés, lo sé. Pero es que si movía apenas unos milímetros mis labios las únicas palabras que hubiesen salido de mis labios habrían sido "te amo".
Algo vergonzoso, claro.
Y mi... "contención" de pa labras fue bastante fría al parecer porque Jannet me miró curiosa, Shean con una clara muestra de antipatía y Ammy...
Hubo una corta expresión de sorpresa antes de que sus mejillas se tiñeran de rosa por la vergüenza para luego salir rápidamente del pasillo, con Shean pisándole sus talones.
- ¿Te cae mal Ammy Calhaoun? - me preguntó Jannet sin andarse con rodeos.
¡Wow! La misma que antes estaba ligando conmigo sin cuidado ahora estaba defendiendo a... si, suena cursi, al amor de mi vida.
Irónico, ¿no?
La defendería si supiera que ella no tendrá jamás una oportunidad gracias a Ammy?
- No. Es solo que no la conozco. - hice mi mejor actuación de sorpresa y a continuación puse una sonrisa que siempre funcionaba. - Pero mi encanto, así como el tuyo me lo imagino, no es para todos.
Funcionó. Jannet se puso a reír tontamente.
- Aah... Eso es lindo.
- Oye... ¿Esa chica... Ammy, no? ¿De verdad va en nuestro curso? - tenía que encontrar la manera de sacar información sin que se notara. - Se ve como muy... pequeña para ir acá.
- Oh, claro. Lo que pasa es que Ammy es en realidad dos cursos mas pequeña que nosotros, - dijo con simpatía. - pero es algo así como súper inteligente porque tiene varias clases adelantadas o con nosotros o con el curso que viene antes. Y además se a eximido de otras materias. Es muy dulce. - sonrió.
¡Wow!
Me sentí orgulloso de que Ammy fuera tan inteligente.
Sin embargo volvió con mas fuerza aun en mi eso de sentirme... menos.
La hora de almuerzo pasó sin problemas. Me fui con Jan al comedor y me presentó a sus amigos.
Aun así preferí sentarme solo. No soporto estar sociabilizando mucho tiempo, y además eso me daba la oportunidad de observar a Ammy a mis anchas.
Estaba sentada unas cuantas mesas mas allá, pero gracias a mis agudos poderes nada me hubiese podido impedir mirarla.
Su pelo brillaba a la luz del sol que llegaba atrás ves de la ventana, creando una ilución de que su ella entera brillara.
La bondad y la maldad no se juntan. Nunca.
Suspiré pesadamente y seguí comiendo.
¿Por qué a mi? ¿Por qué ahora? ¿Porque tenía que cagarle, porque lo haría, la vida a ella? ¿No podía ser alguien menos... bueno, teniendo en cuenta mi egoísmo?
Yo no sabía, de hecho, no tenía ni idea del cómo. Solo sabía que no la dejaría marchar.
No podía dejarla ir. Si lo hacía... era mi fin.
Agh... Maldito marica dependiente me regañé a mi mismo.
¡Mierda! No podía seguir así.
Me paré rápidamente de la mesa, por lo que la silla hiso un poco de ruido al arrastrarla.
Ammy se dió la vuelta y me miró fijamente un rato, poniéndome sumamente ansioso, hasta que se dio cuenta de que yo también la miraba por lo que se puso a mirar por la ventana con las mejillas en un rojo intenso.
¡Si no fuera tan jodidamente linda!
Sinceramente... creo que sería lo mismo. No era su físico lo que me interesaba netamente.
Era algo... que la hacía interesante. Algo que me llamaba desde el fondo de su alma, inconscientemente, y que yo no podía evitar encontrar igual de himnotizante como el canto de una sirena.
Y estaba completamente perdido si me había puesto cursi hasta para pensar.
Me fui directamente a la clase de lenguaje, en la cual no estaba con Ammy, y me aburrí completamente hasta que tocaron el timbre del recreo.
- Sr. Periotti? - me llamó un profesor que se acercaba rápidamente hacia mi por el pasillo.
- Si...?
- Hola. Soy el profesor Jones, de fotografía.
Aaah... Pero yo me había excluído de esa asignatura porque... ¡diablos! La modestia no va conmigo, y soy jodidamente bueno en eso.
- Que tal. - lo saludé.
- Disculpe que te moleste. - me dijo el maestro umildemente. - pero quería saber si estaría interesado en ayudarme a hacer la clase.
Eso me tomaba por sorpresa, la verdad.
- Yo...
- Lo que pasa es que a cada alumno del penúltimo año tiene a un alumno mas grande que lo ayuda, y tengo algunos alumnos que le falta compañero.
Mmmm... Eso me serviría para distraerme un poco, ¿No?
Sin embargo...
- Claro. - me sorprendí diciéndole al profesor con una sonrisa en mi rostro. - Me gustaría ayudarlo.
- Gracias. - me dijo feliz. - Estaremos cuando toquen el timbre en el patio trasero.
- Ok. Ahí lo veo.
- Adiós.
Vi como se marchaba el profesor así que fui al baño a echarme un poco de agua en el pelo ya que hacía mucho calor antes de que tocaran el timbre.
Al salir, vi como Ammy, ahora, intentaba meter algunos cuadernos en su casillero, sin lograrlo.
Y actué sin pensarlo.
Me paré detrás de ella, con lo que conseguí sentir mucho mejor su calor y su dulce olor que me embriagaba por completo, le quité sus cuadernos, por lo que tuve que rodearla un poco con mis brazos, algo que fue entre bendición y perdición a la ves ya que escuché claramente como Ammy contuvo el aliento, y los deje sin ningún problema en el casillero.
Entonces caí en la cuenta de que estaba muy, demaciado cerca de ella. Y ella no se había alejado, mas bien, parecía que estaba a punto de recargarse entre mis brazos.
Hazlo, le dije mentalmente ansioso.
Yo quería, mas bien necesitaba tocarla.
Como ella no notaba que yo había dejado de respirar por su cercanía?
A pesar de que había intentado fingir todo el día, para mi era tan obvio que yo lo único que quiero es que este en mis brazos. Para siempre.
Oh, vamos! Por favor, hazlo! Solo apóyate en mi, que yo lo único que quiero es cuidarte por toda la eternidad.
Pero al parecer no escucho mi suplica interna ya que se alejo todo lo que pudo en el corto espacio y se giró para mirarme.
Sus lindas facciones se cubrieron de sorpresa al ver que era yo.
Y entonces me dio una de sus hermosas sonrisas para-corazones. Una solo para mi.
- Gracias. - me dijo con las mejillas ya comenzando a teñirce de rosa.
Yo no me meresco a alguien como ella. No tiene sentido.
- No hay de que. - le respondí lo mas normal que pude. - ¿Por qué no pides que te cambien el casillero?
Bueno... había sonado un poco osco por los nervios, pero es que estoy tan acostumbrado a ser así...
- Lo intente. - me respondió. Había bajado la mirada cuando escucho la forma en la que le respodí. ¡Diablos! Ya la había cagado de lo lindo. - Pero no tiene mas casilleros.
- Aaaah... - ¿que no puedes ser mas imbécil? me pregunté irónico. ¡"Aaaah"! ¡Pff! Ahora Ammy pensaría que además soy estúpido. - Intenta no dejar las cosas tan al fondo. - balbuceé mientras me marchaba rápidamente hacia el patio trasero.
¡Cobarde!
Sin embargo los brazos me cosquilleaban al igual que el pecho por lo cerca que había estado de ella.
Mis manos habían tocado levemente las suyas al tomar los cuadernos.
Me sentía nervioso.
En el transcurso de... esto habían tocado el timbre, así que cuando llegué al patio trasero ya estaban todos en la clase.
- Damian. - me dijo alegremente el Sr. Jones - la chica a la que ayudaras está por llegar. Lo que pasa es que es muy pequeña y siempre se atrasa por que se demora en sacar las cosas.
No...
No podía estar hablando de...
- Hola Sr. Jones.
Esa dulce vos, a pesar de las pocas veces que la había escuchado, la reconocería en cualquier lugar.
- ¡Ammy! - la saludó el Sr. Jones cariñosamente. - Quiero presentarte a alguien.
Me di la vuelta y vi que Ammy me miraba sorprendida al notar que yo también estaba ahí.
- ¿A quien, Sr.? - le preguntó ella. Aunque creo que ya había entendido todo.
- Ammy, él es Damian. - dijo señalándome. - él será tu nuevo tutor en la clase de fotografía por el resto del año.
Me tuve que mantener serio a pesar de que quería hasta bailar de alegría.
Había ganado unas dulces horas cerca de mi Ammy. Por ahora eso me bastaba para ser... feliz.

1 comentario:

  1. ¡Oooh! ¡Han hablado! Y parece que van a hacerlo durante tooodo el curso...jeje
    Bss

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